InakiLancelot
  Los insólitos peces gato
 

ORFANDADES 

«Los insólitos peces gato»
Directora: Claudia Sainte-Luce
Nacionalidad: México
Intérpretes: Ximena Ayala, Lisa Owen, Sonia Franco, Wendy Guillén, Alejandro Ramírez, Andrea Baeza
Estreno: 12/6/15

Entre los temas tratados por el cine más comercial figuran las enfermedades mortales, un asunto en el que «Love story» alcanzó la cumbre del ternurismo lacrimógeno. Ello obliga a todo cineasta actual, que quiera evitar el rechazo general, a pisar con mucho cuidado si desea entrar en este campo.

La cuestión aquí sería hablar de orfandades e infancias arrebatadas, sin que los hijos sean protagonistas, o de miedo a la muerte sin que lo verbalice el próximo finado. Ir más allá de las visitas a hospitales para transmitir un mensaje universal que cuestione al espectador, independientemente del estado de su salud o de su tipo de vida.

Y «Los insólitos peces gato» lo consigue. Gracias a no cargar las tintas afectivas salvo en el epílogo. Gracias a no centrarse en la siempre más sensible infancia. Gracias, sobre todo, a su fidedigna descripción de una familia insólita que, pese a su elevado número, echa de menos un buen montón de figuras que la completen. Gracias, en fin, al semblante de esa otra familia monocomponente, reducida ya a la mínima expresión.

La primera película de Claudia Sainte-Luce cuenta con dos momentos especialmente valiosos. El primero cronológicamente es un plano secuencia espléndidamente resuelto en el que se presenta la geografía de un hogar y la idiosincrasia de sus integrantes. Durante la escena, el espectador recibe exactamente la información que precisa para introducirse de lleno en el desarrollo de la trama.

En el segundo momento, dos de los protagonistas explican en voz alta cómo, si pudieran, cambiarían su cuerpo para ser más bellos, su familia para ser más felices… Rompiendo el tópico absurdamente extendido en nuestro entorno según el cual uno siempre repetiría exactamente sus actuaciones, de las que se halla completamente satisfecho. Toda una valiente impugnación de otra convención social absurda.

Uno querría creer que el retrato de debilidades contemplado no es real y, si lo fuera, pertenece a mundos disfuncionales. Pero la veracidad que transmite el relato lo imposibilita. Lo impide su exactitud en la descripción de la abulia, la cobardía, la inconstancia que nos acompañan a las personas comunes. Quienes en ocasiones, también demuestran ser valientes, incansables y arrojadas.

Quizá esta sea la metáfora final, la de que la orfandad de todos surge cuando uno cede al impulso equivocado. Ese al que canta La bien querida en el tema de la banda sonora “Hoy me he levantado con muy pocas ganas de hacer nada”.

Inaki Lancelot

 
 
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