DESTINO Y PERDÓN
«Calvary»
Director: John Michael McDonagh
Nacionalidad: Irlanda
Intérpretes: Brenda Gleeson, Chris O’Doud, Kelly Reilly
Estreno: 6/3/15
De la verde y católica Irlanda, y sustentada en la portentosa actuación de Breendan Gleeson, llega «Calvary». Una poderosa reflexión vital acerca del destino, la redención y el perdón, modélicamente respetuosa con sus personajes.
La segunda realización del británico J. M. McDonagh presenta un inolvidable protagonista decididamente fiel a sus convicciones, aunque nunca empecinado. Alguien cuya actitud le da la vuelta a aquel cuento de las mil y una noches en el que un jinete huía al galope de la muerte, escapando hacia la ciudad donde esta lo esperaba.
La figura interpretada por el excelente Brendan Gleeson, uno de los grandes actores europeos de siempre que ya dejó su sello en «The tiger’s tail», vive un calvario casi literal durante los ocho días como ocho pasos sin caída, que cubre el metraje. Acompañándolo en su trabajo diario, seremos testigos de sus dudas, y del recuento de los hechos trascendentes de su existencia, sin ahorro del reconocimiento de errores cometidos.
Su carácter de sacerdote que tomó los hábitos después de enviudar, le permite al director entrar en los hogares y los lugares de reunión de los habitantes de Sligo, ciudad costera del noroeste irlandés, a quienes llegamos a conocer con gran intimidad. De esta forma, McDonagh elabora un espléndido fresco sobre la población de la comarca.
La cinta parte de una inquietante cita de San Agustín, según la cual cabe esperanza porque uno de los ladrones se salvó, pero no demasiada porque otro pereció. Y este clima de incertidumbre y peligro inminente se mantiene hasta la caída del telón, creando un desasosiego muy estimulante.
«Calvary» está absolutamente inmersa en nuestra actualidad y trae a colación tanto el pelotazo financiero como los desahucios y recortes posteriores que culminan el saqueo. Tanto el radicalismo islamista como los casos de pederastia perpetrados por elementos del clero o el sensacionalismo.
Y destaca con sobresaliente en el reflejo del terror sufrido por un niño. En su contextualización de crímenes incomprensibles. En el retrato de la hostilidad que sufre un inocente por pertenecer a un determinado colectivo y de la perplejidad con que la recibe. Mientras mantiene el timón tan fuerte como sabe en la dirección que cree adecuada.
«Calvary» trata de venganza, perdón, redención... De la necesidad de recibir afecto expresado con claridad. De la cadena que convierte a quien sufre abuso en posterior verdugo, de víctimas colaterales. De la difícil relación entre religión y justicia civil o entre ejército y pacifismo. De envejecer en soledad, de afanes artísticos incomprendidos, del debilitamiento de los recuerdos, de inmersiones excesivas en el propio dolor… Temas fundamentales abordados por esta obra…
Agudamente reflexiva. Sensible, turbadora… Bellísima.
Inaki Lancelot