EL PAISAJE YA CAMBIÓ

Casi 40
Director: David Trueba
Nacionalidad: España
Intérpretes: Lucía Jiménez, Fernando Ramallo
Estreno: 29/6/18 

David Trueba dirigió su primer film, La buena vida, cuando era un joven de veintitantos. Una cinta entrañable, plagada de escenas que quedaban grabadas en la memoria. Para ella escogió, junto a un Luis Cuenca en la setentena, a dos chavales de menos de veinte, que iniciaban allí su trayectoria.

La buena vida cosechó éxito. Premio del Público en Annecy, del Jurado en Karlovy Vary, Goya para Luis Cuenca y 225 000 espectadores.

Y los dos jóvenes actores despegaron. Lucía Jiménez, uniéndose al equipo de El otro lado de la cama para reeditar el éxito en su segunda mitad, Los dos lados de la cama. Un musical en el que ella era la que mejor cantaba. Y Fernando Ramallo, un actor dotado de gracia y mirada.

Lucía y David tienes antecedentes familiares en el mundo del escenario y este no es un dato gratuito aportado por un mal periodista, sino un elemento que forma parte del argumento de Casi 40.

Trueba siguió dirigiendo. Un buen día le salió una película esplendidísima Vivir es fácil con los ojos cerrados, con la que alcanzó su mayor cota de espectadores y el Goya a la Mejor Película. Y después…

La siguiente obra de ficción de David Trueba es Casi 40. Un relato para el que recupera a aquellos dos actores, casi niños en su ópera prima. Veintitantos años después, ya casi en la cuarentena en la que él mismo se encuentra inmerso. Tantos golpes recibidos después, tantas expectativas incumplidas.

Y la ficción se enriquece de matices que el espectador imagina procedentes de la realidad. De las vivencias de Fernando Ramallo, que mira y sabe escuchar como nadie, bordando una actuación fantástica. ¿Cuándo habré yo contemplado a un personaje que escucha así? Qué difícil me parece plasmarlo en cine. De las de Lucía Jiménez que canta e interpreta de maravilla. De las del propio director, persona a la que siempre ha sido fácil encontrarse a la entrada o salida de una sala de cine. En el Festival de San Sebastián, en el de Málaga, …. De las del propio espectador.

Casi 40 mantiene un aire romántico de cierta derrota serena. De sensación de haber incumplido principios y haber cometido, inevitablemente, ciertas traiciones contra aquellas ilusiones juveniles. Se crece en su reflejo de nuestra fragilidad afectiva. Y suma en su argumento las letras de canciones interpretadas por Lucía como un elemento fundamental, como la que comparte título con la obra y en la que entona “Peor sería ser la misma que antes era”. Y antes, en otro tema, “qué fugaz la juventud”.

Va de los personajes a lo general, observando la desaparición de la cámara Kodak, los discos de vinilo, la venta de novelas. La transformación de un mercado cultural que pretende escindir a literatos, músicos o cineastas entre multitudinarios o residuales. Y, va una punzada, la dificultad de sentir amor como lo sintió.

David, que escribe en prensa, refleja el daño que provoca una mala crítica, la injustificada presión sobre la vida personal del artista por obra de un mal periodista. Y, frente al paso del tiempo, nos muestra a quien siempre prefirió el cuento a la realidad. Y a quien la maternidad le supone una línea, que una vez superada, la transforma de hija en madre.

Inaki Lancelot