InakiLancelot
  Animales sin collar
 

LIBERACIONES

Animales sin collar
Director: Jota Linares
Nacionalidad: España
Intérpretes: Natalia de Molina, Daniel Grao, Natalia Mateo, Ignacio Mateos, Borja Luna, Mariana Cordero
Fecha de estreno: 19/10/18 

La acción se sitúa en Andalucía, en un futuro cercano. El candidato de Pueblo Unido ha vencido en las recientes elecciones, dando fin al bipartidismo imperante bajo la promesa de acabar con la corrupción. Faltan cuatro días para su investidura. 

¿Qué sucederá en este período? ¿Estamos ante una crónica sobre los mecanismos del poder para perpetuarse? ¿Ante un cuento idealizado sobre la llegada de un rey bueno? 

¿O se trata de un film político, a la manera de All the king’s men, en España El político? Aquel film sobre la degradación de un idealista que alcanza el poder, dirigido por Robert Rossen en 1949. 

A ninguna de estas posibilidades quiere renunciar Jota Linares en su primer largo de ficción. Centrado en mantener el nervio y la incertidumbre de la premisa a lo largo de todo el relato. Y en las relaciones personales entre los personajes, fundamentalmente la estupenda pareja de acento andaluz formada por Natalia de Molina y Daniel Grao.  

Un dirigente que antes fue profesor, un hombre bueno. Un gobernante de vocación verdadera, exento de candidez. Capaz y bien rodeado. Que soporta bien la exposición pública. Pero real, con defectos e hipotecas del pasado, como cualquiera. Imperfecto e impuro. Y que, por tanto, también sostiene cadenas o correas ajenas. 

Porque de emancipación y dependencias trata también esta obra, de argumento basado en Casa de muñecas, de Ibsen. Con la voz de Sandra Carrasco y un aria de Madama Butterfly en el fondo sonoro. 

El comienzo de Animales sin collar es intensísimo y parte de un hallazgo formal. Un fundido a negro inverso (al inicio), con el que irrumpe la acción. La voz de los protagonistas sobre la pantalla oscura, generando tensión desde el primer momento. Estilísticamente, muy cercano a la excelente «Tarde para la ira», también producida por Beatriz Bodegas. 

El desasosiego se mantiene en el meollo por las muy buenas actuaciones de Ignacio Mateos y Natalia Mateo, ambos sumamente inquietantes. Al tiempo, su reencuentro en la escena de la discoteca es uno de los momentos de la película. Tan creíble su cruce de miradas. 

Como importante en la trama es el personaje del juguete roto, el hijo del corrupto condenado. Que recibe un tratamiento muy diferente al dispensado en «Selfie», con la que dialoga Animales sin collar. Como cercano es su vuelo de ave sobre los campos sembrados de Carmona, a la belleza de los arrozales de «La isla mínima».

Para tratar, justo previo a la dedicatoria final, de pájaros que vuelven a su jaula, de igualdad en la pareja y emancipación de la mujer.  

De animales que ya no llevarán collar. 

Inaki Lancelot

 
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