InakiLancelot
  Alacrán enamorado
 

PLANICIE VIOLENTA

Alacrán enamorado
Director: Santiago Zannou
Intérpretes: Carlos Bardem, Álex González, Miguel Ángel Silvestre, Hovik Keuchkerian, Javier Bardem, Judith Diakhate
Estreno: 12/4/13

Al cine le ha correspondido a lo largo de su historia una amplia variedad de perspectivas y objetivos. Uno de ellos ha sido concienciar a la ciudadanía de determinados problemas larvados en su interior. 

El director madrileño Santiago Zannou apuesta por este enfoque, dirigiendo su atención hacia personajes comunes, de barrio periférico y entorno urbano. Como sucedió en su irrupción en el largometraje, El truco del manco, en 2008. Un relato de superación protagonizado por El Langui, personaje real aquejado de parálisis cerebral que acuñó para la posteridad aquella frase: “A mí no me digas que no se puede”. 

Para su segunda realización, Zannou ha dirigido su atención a la violencia desarrollada por grupos extremistas que buscan una supuesta superioridad racial por los que forman la banda sobre sus víctimas. Entre estas, los diferentes. Inmigrantes, gitanos, negros, mulatos, homosexuales y mendigos, estos últimos independientemente de su raza. Es decir, deudores de una culpabilidad basada en su debilidad social. Entre aquellos, jóvenes atléticos que cultivan sus músculos a base de esfuerzo olímpico, despreciando la concordia y la inteligencia. 

En una primera visión de Alacrán enamorado, uno puede echar de menos una presentación más acrisolada de los personajes, cuyos retratos resultan algo planos. Sin embargo, conmueve la coincidencia de conclusiones entre esta bien documentada película y documentales contemporáneos acerca de los grupos ultras. 

Zannou expone el fenómeno del racismo como la agrupación de una manada de descerebrados encabezada por un encorbatado y turbio personaje llamado  no casualmente Solís, quien utiliza a sus peones de brega mediante técnicas de persuasión características de las sectas religiosas. 

Frente a ello, el elemento fundamental de la trama es la redención a través de diversos caminos. El primero puede ser el boxeo, actividad que goza de gran predicamento en la historia del cine. El segundo, el amor, apareciendo aquí en una suerte de variación del mito de Romeo y Julieta. El tercero, y quizá el expuesto con mayor convicción, la transmisión de conocimientos y experiencia a un alumno que de sentido a la existencia de quien le enseñó. 

El enfoque social de Zannou es gratificante y digno de elogio. Sin embargo, la diversidad de las temáticas escogidas dificulta la profundización en los puntos de vista que causan las problemáticas no tanto analizadas como solo expuestas. Ello hace que los personajes y las situaciones queden algo forzados y esquemáticos. 

La tendencia actual de la crítica cinematográfica pide a los autores que no denuncien hechos en los que hay un fácil acuerdo general por deplorarlos. En su lugar, se trataría de indagar en aquellas conductas dentro de la corrección política que allanan el camino a los hechos denunciados. Provocar que el espectador rebusque en su interior y descubra su participación en la violencia racial. 

No es el objetivo de esta película. Su afán es social, de denuncia y concienciación. Para ello se rodea de un guión ágil, de un montaje veloz y de un mensaje apoyado por las declaraciones dialogadas de sus personajes. 

Inaki Lancelot

 
  ¡Hoy había/n 170 visitantesen ésta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis