InakiLancelot
  El Papa Francisco
 

DECIDE EL ESPECTADOR

El papa Francisco, un hombre de palabra
Director: Wim Wenders
Estreno: 28/9/18

No parece fácil la labor de Wim Wenders como director de este documental sobre el Papa Francisco, cuyo origen se debe a un encargo realizado por El Vaticano. No lo parece, porque cuando se aborda la biografía de una personalidad, el canon obliga a buscar claroscuros, puntos fuertes y débiles, aciertos e incoherencias del personaje. Y la obra queda condenada si se limita a halagar la figura principal.

Ante esta situación, el realizador de Düsseldorf toma la posición del periodista que no publica sus preguntas, sino sólo las respuestas del protagonista, dejando que su actitud, su eventual vehemencia o su sencillez hablen por si solos.

El papa Francisco comienza y ocupa gran parte del metraje ponderando la figura del Papa. Dando lugar a que exponga sus valores, acompañándolo en su afán mediador. Regala escenas bellísimas desde lo alto del papamóvil, al que siguen multitudes embelesadas de diferentes partes del mundo, de todas razas y colores, exhalando gratitud.

Wenders nos muestra a un Papa que viaja para mostrar su aprecio a damnificados por catástrofes naturales, o para dar consuelo a hijos de hambrunas. Capaz de acceder a órganos de poder mundiales, la asamblea de la ONU o el Congreso de Estados Unidos, y allí recordar los valores de su Constitución. Para situar a los congresistas ante la terrible realidad de los migrantes que impactan a diario contra el reciente muro. Para cuestionar a quienes nos gobiernan hasta provocarles el llanto.

Y queda claro que el Papa Francisco es persona con carisma, buen comunicador, valiente en su expresión. Que tiene un afán modernizador. Que sabe emplear los gestos para ejemplificar modestia, sencillez, tolerancia, …. Que a diferencia de ese rey de cuento, no visita su territorio a escondidas, de noche, sino a plena luz del día, y especialmente los lugares donde se acumula el dolor. Los que cualquier común evitaría.

Francisco habla de no ambicionar ni atesorar, de tratar a los demás con ternura, de amar la vida para hacer un mundo mejor. Lo hace de forma creíble, acompañado de imágenes emotivas y sugerentes. Revelándose como un hombre de palabras.

En el plural anterior estriba la sutileza de este retrato vitriólico. En su reconocimiento – declaración de que su única arma es la palabra y nada más puede hacer. En la impactante escena del naufragio de una patera que Francisco decide ver de cerca, sin evitar sus fatales consecuencias. En sus observaciones desde lo alto de un avión privado. En su opinión, que pretendía progresista, sobre la mujer frente al hombre.

El logro de Wenders es superar el encargo para trasladarle la decisión al espectador, que puede juzgar a partir de una persona que habla a la cámara confiadamente, trasluciéndose poliédrico. Realizando un retrato veraz del que no escapan las contradicciones. Que en la superficie transmite esperanza y en la corriente subterránea otorga al espectador su poder de decisión.

Inaki Lancelot

 
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