InakiLancelot
  Gernika
 

GERNIKA MERECE UNA OBRA MAESTRA

«Gernika»

Director: Koldo Serra
Nacionalidad: España
Intérpretes: María Valverde, James D’Arcy, Jack Davenport, Álex García, Ingrid García, Bárbara Goenaga, Irene Escolar, Víctor Clavijo, Julián Villagrán, Elena Irureta
Estreno: 9/9/16

He visto «Gernika» pocas semanas después de pasear por las calles de Bilbao y Gernika, donde transcurre la acción, basada en 1937, año del bombardeo y destrucción de la ciudad durante la guerra civil. Y me impresiona haber disfrutado de la normalidad del presente 2016 en una capital, en mi memoria, más ennegrecida. Haber comprado piparrak de Gernika en día de mercado. Y comparar con lo sucedido ochenta años atrás.

El recuerdo del bombardeo de la localidad vizcaína acongoja, pero no garantiza un buen film. No lo es, de hecho. Principalmente, porque la acción transcurre en plena guerra civil, pero la guerra no se siente. Recrear la época debe de requerir un aluvión de medios abrumador y esto no ha sucedido. Lo cual obliga a desarrollar la acción en interiores o en una misma calle como único exterior, de aspecto bastante acartonado.

Por otra parte, Koldo Serra no se ha decidido por tratar un asunto concreto como principal, y se ha movido entre varias opciones de forma excesivamente posibilista. Así, durante la primera mitad de la trama, el tema es la vida de unos corresponsales de guerra. Potencialmente ofrece gran interés, pero los personajes creados carecen de enjundia.

Hay un par de escenas intermedias que combinan una muestra del frente muy poco creíble, con el reclamo turístico de San Juan de Gaztelugatxe o el tipismo de la vida en el caserío. No encajan en la lógica interna que habría de tener el relato.

Finalmente, la apoteosis final del bombardeo impresiona porque las escenas bélicas son dolorosas, pero cae en errores cinematográficos graves. Cuando aparece un secundario en pantalla, es porque una bomba caerá inmediatamente despedazando su cuerpo. Sin embargo, los protagonistas con los que el espectador ya tiene vínculo emocional, se desplazan sin que les toque una bala, se encuentran unos con otros por capricho del guión, sin que se sienta la confusión que ha de reinar necesariamente en tales circunstancias. En concreto, la escena de tortura de una protagonista que tan pronto ve su ropa arrancada como la recupera por arte de magia, es tremendamente floja.

El carácter emblemático del bombardeo de Gernika, sucedido el 26 de abril de 1937, merece cine de gran calado, y ello sitúa la exigencia a un nivel muy alto, el cual no es alcanzado por esta cinta. Aunque sí se pone el listón a sí misma, cuando cierra el metraje con un fundido a negro que culmina en el visionado del “Gernika” que pintó Picasso. Con ello, establece una comparación quizá involuntaria entre ambos, de la que sale mal parada. Pues la intensidad de la conmoción y el dolor que el espectador experimenta ante el cuadro de encuentra a años luz de los sentimientos que despierta el visionado del film.

Finalmente, en un argumento en el que coinciden una danesa, dos rusos, varios franceses, un estadounidense, una madrileña y varios vascos, me aleja de la credibilidad escuchar todo hablado en un castellano de locutor de telediario. Desconozco si existe otra versión diferente a los doblajes que yo he contemplado. Pero ayudaría a meterse en la trama escuchar los acentos o idiomas de cada uno, el de los franceses, el americano, el de los vascos hablando ¿castellano? ¿euskera?

Gernika merece una gran película. Estoy deseando contemplar el próximo intento.

Inaki Lancelot

 
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