InakiLancelot
  Vida y color
 

RECREACIÓN DE UNA ÉPOCA 

«Vida y color»
Director: Santiago Tabernero
Nacionalidad: Española
Intérpretes: Junio Valverde, Silvia Abascal, Miguel Ángel Silvestre, Carmen Machi, Ana Wagener, Joan Dalmau, Nadia de Santiago, Natalia Abascal, Adolfo Fernández, Maru Valdivieso, Fernando Cayo
Fecha de estreno: 22/11/5

«Vida y color» es una película sobre el despertar de la adolescencia en cuya escena final el protagonista ex niño, tras rescatar a la princesa ex niña y convertido ya en héroe, logra de ella su primer beso, y ello ocurre minutos después de que el muchacho en cuestión aspire el humo de su primer cigarro sin que ello le provoque ni una ligera tos.

No es esta falta de credibilidad sin embargo la que lastra definitivamente esta película. De hecho, entre los puntos positivos encontramos una excelente recreación del Madrid de los 70, recreación que no puede ser sólo un buen trabajo de alguien a quien se lo han contado, sino que se revela la de alguien que lo ha vivido y lo ha reflexionado con gran cariño. Detalles como el edificio abandonado a mitad de construcción, ejemplo de los que proliferaron en la época, como el pegamento empleado para fijar los cromos al álbum, como los descampados sede de juegos infantiles y juveniles un tanto al margen del “mundo de los mayores” convierten el film en un muy buen documento sobre la época.

Sin embargo, es una película de niños, en las que las apariciones de actores adultos son escasísimas, y el nivel actoral de quienes son aún promesas debilita los cimientos de un film que adopta una perspectiva excesivamente infantil. Los personajes no evolucionan, no crecen, no sufren contradicciones. Si fumar un primer cigarro sin toser, o un nuevo corte de pelo eran los intentos de mostrar la llegada al mundo adulto, en opinión de este cronista el intento ha quedado fallido.

Mientras los actores infantiles monopolizan vanamente el objetivo de la cámara, entre los adultos destaca Carmen Machi, que dota a su personaje de gran veracidad y cierto fondo. Por su parte, no lucen tanto el otras veces excelente Joan Dalmau, que pasa de un desmayo a hablar con total normalidad con su nieto sin solución de continuidad y que vuelve a fallecer antes de los carteles de FIN, como en «Soldados de Salamina», y Adolfo Fernández, del que poco puede decirse además de su maravillosa facilidad para adueñarse por si solo de la cámara en las escenas corales.

Es difícil saber cuál es el mensaje que buscaba el director. Queda dicho que deja un fantástico documento sobre los hábitos de una época. Queda también dicho que en la descripción del paso de la niñez a la adolescencia no acierta. Quizá su objetivo era saldar alguna deuda pendiente consigo mismo, de hecho hay mucho homenaje a seres ya fallecidos (una firma en un velatorio, un brindis en honor del que ya no está) pero se echa de menos un punto de vista o un desarrollo novedosos frente a tantas otras películas que ya han tratado el tema recientemente como «Barrio» o «El bola».

Así por ejemplo, el detalle de la cámara que entra a través del tronco de un árbol para descubrir un misterio clave en el argumento no es válido desde que Julio Médem lo llevó a cabo con un tronco de árbol y con el ojo de una vaca en su primera película «Vacas». No es válido porque el listón está muy alto, y sólo no hay plagio si hay asesinato, y de nuevo, éste quedaría como intento de asesinato inconcluso. Queda un mensaje, que hubo personas a las que no dio tiempo a brindar con ¿champagne? (hoy lo llamamos cava) a la muerte del Dictador. Otra vez una información documental sobre la época, como buen documento y buen material es la selección musical, con la versión de José Menese sobre el tema “Mamy blue” y con Paco Ortega interviniendo en la banda sonora.

Santiago Tabernero tiene unas cualidades dialécticas indudables y puede que llegue a hacer una gran película, pero en esta primera ha caído en el error del director novel que quiere hablar de muchos temas que le inquietan a la vez, y que ha dejado olvidadas cuestiones clave como la profundidad y evolución de los personajes y situaciones en el desarrollo de la acción. Quedamos emplazados para un segundo intento que le deseamos tenga lugar pronto.

Inaki Lancelot

 
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