InakiLancelot
  Pudor
 

FINAL FORZADO

Pudor
Directores: Tristán y David Ulloa
Nacionalidad: España
Intérpretes: Nancho Novo, Elvira Mínguez, Natalia Rodríguez, Celso Bugallo, Carolina Ramón, Manolo Solo, Nuria González, Joaquín Climent, Héctor Colomé
Estreno: 13/4/7

Descripción de la situación de una familia formada por un hombre, una mujer y sus dos hijos, y que puede calificarse con un solo adjetivo: negra. La película detalla exclusivamente momentos negativos de la existencia de este grupo, la cual queda muy lejos de la idea de convivencia. En el terrible panorama expuesto hay un calificativo para el padre: Culpable. De su insustancial devenir, de la insatisfacción de su mujer, de la exclusión social de sus hijos, ambos con tendencias suicidas. A ello se suman la sentencia de un tumor cerebral, el auto-retiro a una residencia de ancianos de su suegro después de negar la verdad de su propio matrimonio, el fallecimiento de la suegra no sin la intervención del nieto suicida, los malos tratos escolares entre adolescentes.

Partiendo de un guión plano, que se esfuerza por evitar los golpes de efecto pese a desarrollar una trama con numerosos hechos violentos, la película acaba en una escena de catarsis en la que se supone que se descubren grandes verdades, y de la cual no se obtiene la redención, sino todo lo contrario, la desgracia general de cada uno de los afectados. Sólo la posibilidad de que la niña recupere la amistad de su prima abre cierta esperanza para ella. El problema es que en este final los personajes cambian inesperadamente de registro, y su comportamiento no se corresponde con el mantenido durante toda la película. No resulta coherente, y el film queda, por tanto, mal resuelto.

Como cierto contrapunto a la familia protagonista se sitúa otra formada por un médico de evidente éxito económico, su mujer, cuyos únicos alicientes son cocinar, recibir masajes y cuidar su físico para no recibir ninguna atención de su marido, y su hija adolescente, esta sí bien integrada y con cierto éxito entre los chicos. Bien, el caso acaba en divorcio. Los Ulloa no nos dan en Pudor motivos para estar alegres. Sólo las fantasías y conversaciones infantiles sirven de una válvula de escape a la tensión acumulada.

El conjunto no termina de funcionar. No sólo por el mal acabado final, sino por la recarga de desgracias y hechos negativos concurrentes. Puestos en esa tesitura los directores parecen no atreverse a hacer un film tan desesperanzador como “Alas de mariposa”, “La blanca paloma” o “Johnny cogió su fusil” y esforzarse por mantener el freno de mano accionado para que los acontecimientos no se desboquen y resulten demasiado dolorosos. En ese empeño quizá les hayan faltado actuaciones más empáticas y seguramente ha jugado en su contra un afán naturalista que partiría del principio de que en la vida real los momentos graves no se distinguen tan fácilmente como en las películas en las que un golpe de efecto musical o de cámara dan la alerta al espectador.

Sin embargo, en Pudor hay búsqueda de estilo. No se pretende situar una cámara invisible que abra paso a la realidad. Se utiliza una música doliente, en especial en la primera mitad del film, para realzar junto a la grabación cámara en mano el estado de sufrimiento del protagonista conocedor de su temprana enfermedad terminal. Una forma de filmación que recuerda “Elephant” de Gus van Sant, si bien el estadounidense empleaba el blanco y los colores puros, la imagen bien definida casi hiperrealista, frente a la oscuridad, la falta de nitidez del desenfocado fondo de imagen, la focalización de primer plano del film de los Ulloa.

Como hecho positivo destacaría la descripción de la amistad entre las dos adolescentes, nunca idealizada, mostrada en las contradicciones de su edad, actualizada a la realidad de nuestra época en la que hay violencia, y las componentes sexuales homo y hetero de toda relación ya no son negadas por el orden imperante. Adolescentes que dudan, que necesitan guía, independencia, aprecio, despreciar, imponerse, situarse socialmente, relacionarse, y que disfrutan y sufren, como todos, pero con más intensidad.

Un segundo hecho positivo es la oportunidad de ver a Nuria González, siempre excelente, en un papel de nuevo diferente. Ya no es travesti, ni detective buena persona. Es ricachona estupenda, aunque el amor le sigue siendo esquivo.

Pudor se sitúa en la línea del cine español que refleja familias fallidas, enfermedades y fallecimientos. Como la triunfadora de Alcine 2006, AzulOscuroCasiNegro como Mataharis. En este contexto, doy gracias a Itziar Bollaín por dar la oportunidad de que el compromiso pueda vencer ciertas dificultades y los silencios no puedan con todo. Sólo familias que no funcionan o se deshacen sería parcial y excesivamente negativo.

En esta, los Ulloa han ofrecido un film doloroso que no termina de hacer daño. Deseo tengan una segunda oportunidad.

Inaki Lancelot

 
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