SISTEMAS SINIESTROS
Los girasoles ciegos
Director: José Luis Cuerda
Nacionalidad: Española
Intérpretes: Maribel Verdú, Javier Cámara, Raúl Arévalo, José Ángel Egido, Irene Escolar, Martín Rivas
Estreno: 28/8/8
En Los girasoles ciegos, Salvador es persona común antes que clérigo, y no se distingue por su especial valentía o bondad. Su ubicación entre el grupo dirigente le servirá para dar rienda suelta a sus peores tentaciones. La protección que le otorga la sotana permite el triunfo de la vileza entre sus inclinaciones. Salvador salta del hábito al traje militar con la naturalidad que posibilita un país en guerra, donde se identifican los instintos con las heroicidades.
El film de José Luis Cuerda contiene un mensaje poderoso, desde un posicionamiento político definido que lo aleja de quienes no compartan su ideología. Pese a partir de un tema impactante y de su corrección técnica, no es una gran realización. El ritmo de narración es cansino. La puesta en escena, archiconocida y rutinaria. La trama afecta sólo a la piel de los personajes, que han de verbalizar en voz alta sus preocupaciones para que el espectador sea consciente de ellas.
El personaje del diácono es de una simpleza que puede tener que ver con la capacidad interpretativa de Raúl Arévalo (tan divertido y natural él en otros films) o con una mala dirección de actores. La comparación con la atribulación magistralmente interpretada por Unax Ugalde en La buena nueva resulta conmovedora.
No logra salvar la función el comedimiento de Javier Cámara. Este riojano excelente merece mayor reconocimiento por la variedad de registros que es capaz de interpretar. Desde el intimismo hasta la exageración, de la comedia al drama, según lo que exige su personaje.
Una escena brilla en mi opinión con especial belleza en la cinta. En ella, Maribel Verdú confía el porvenir de su hija, su seguridad y su felicidad a un joven, su novio, de quien poco conoce. La mirada de una madre ante la marcha de su vástago, su deseo de protegerla, contenido por la razón, resume un sentimiento universal que trasciende el motivo de la película.
Los girasoles ciegos nos muestra niños que niegan a su padre para que éste viva, curas que enseñan que la madre es la patria, policías que allanan hogares para robar juguetes infantiles… un sistema bellaco que sólo da salida a quien colabore con él aunque le repugne y ante el que la única protesta es un inútil exabrupto. Terreno abonado para el patriotismo de amorales que abrazan las causas que justifiquen su perversidad.
No caminemos hacia aquel nefasto lugar.
Inaki Lancelot
